Dos grupos políticos se disputan el favor de los conservadores religiosos que buscan asegurar políticas públicas restrictivas de los llamados valores tradicionales de la sociedad costarricense.
Probablemente, no sean los únicos, claro, pero sí los que abiertamente reclaman ser los vehículos político partidario más seguros para llevar adelante la agenda de los conservadores, sean estos evangélicos o católicos.
Por ahora, la puja la va ganando el presidente Rodrigo Chaves y su "proyecto continuista" en contra de Fabricio Alvarado y su Nueva República, que está viendo como se le esfuma el capital político que pretendía multiplicar en las elecciones de febrero próximo. ¿Podrá revertirlo?
¿Por qué el mandatario le sirve más a los grupos conservadores y sus propósitos? Lo conversamos con el sociólogo del Observatorio de lo Religioso de la UNA, Alberto Rojas.
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