Con poca participación -como era de esperarse- se realizaron las votaciones en Nicaragua para confirmar lo que ya se sabía: que Daniel Ortega repetirá por tercera vez consecutiva en la presidencia, consolidando una nueva dinastía familiar con su poderosa consorte como vicepresidenta..

Si algo no tienen las elecciones nicaragüenses es incertidumbre. Se perdió en los últimos meses, arrastrada por un barullo de hechos que los dejó con un sólo candidato con posibilidades reales, que difícilmente podrá perder en las urnas.

Terminamos siendo redundantes: las democracias del mundo entero sufren inmensos desafíos que implican enormes dosis de incertidumbre.

Con las distancias de las encuestas acortándose y cuando los estadounidenses creían haberlo visto todo en ésta épica campaña electoral, nada más y nada menos que el mismísimo FBI toma un papel protagónico en el escenario.

Al terminar este mes que inicia y por mandato constitucional, la Asamblea Legislativa deberá aprobar el Presupuesto de la República por 9 millones de millones de colones para el próximo ejercicio fiscal. Y aunque la tijera que le aplicaron los legisladores en la Comisión de Asuntos Hacendarios terminó en un neto de ¢3,960 millones, de los ¢67.800 que se anunciaron, el Ejecutivo pinta un panorama desolador si la reducción se ratifica.