Si nos parece que la política local ha estado especialmente agitada en los últimos días, seguro es porque no hemos puesto mucha atención a lo que sucede en otros lares. En los Estados Unidos, por ejemplo, la fase final de la campaña electoral es de infarto. Aunque las encuestas siguen favoreciendo al opositor Joe Biden, la verdad es que por ahora lo único en lo que parecieran coincidir los analistas es que no será el propio supermartes (3 de noviembre) cuando sepamos quién gobernará en la Casa Blanca el próximo crucial cuatrienio.
Pero eso va siendo solo un elemento del abanico noticioso. Está por verse por supuesto si Trump – en caso de salir derrotado- aceptara el resultado del juego, resultado en el que desde hace semanas pretenden incidir iraníes y rusos (otra vez y por mucho). El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional rebelaron este jueves que en los últimos días Rusia ha atacado docenas de redes informáticas de administraciones locales y estatales tratando de penetrar el sistema electoral estadounidense. Según el New York Times, los hackers pretenden interferir en estos últimos días de la carrera electoral a favor de Trump y también incidir en amplificar la legitimidad de los resultados si no fueran contundentes como para declarar un ganador inmediatamente después.
Otro tema sustantivo tiene que ver con el nombramiento de la conservadora jueza Amy Coney Barrett a la Suprema Corte. Los demócratas no lograron detener el proceso en el Comité Judicial del Senado y muy probablemente el lunes ya quedaría ratificada en el pleno en lo que el republicano Ted Cruz ha calificado como la más importante victoria de Donald Trump en su mandato. ¡Y como no! Trump habrá logrado nombrar entonces tres jueces en cuatro años y cambiaría el equilibrio de la Suprema Corte en temas tan delicados como la protección sanitaria, el aborto, los derechos de las parejas del mismo sexo, de los inmigrantes y hasta los mismísimos resultados electorales si es que tema debiera ser elevado a esa instancia jurisdiccional.
Por eso -entre muchas otras razones- el expresidente Obama urgió a los votantes demócratas olvidar que las encuestas los favorecen y lanzarse en pos de una victoria contundente. Hasta ahora más de 47 millones de estadounidenses han ejercido el derecho.
Dedicamos nuestro Hablando Claro al análisis del segundo y último debate Biden-Trump y los pormenores de la campaña con Carlos Cascante, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional.