A Dios rogando y con el mazo dando. Según la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 36,847 compatriotas superaron la pobreza extrema rural y urbana.
En detalle, entre 2014 y 2017, la pobreza extrema disminuyó 6.7% y la pobreza en más de dos puntos porcentuales (22,4% a 20%)
También se redujo la brecha entre la pobreza rural y la urbana en más de un 40%. En detalle, la que en el año 2000 fue la segunda región más pobre del país, la Chorotega (principalmente Guanacaste), hoy es la segunda menos pobre. Mientras, la Región Brunca (incluye Pérez Zeledón, Buenos Aires y Golfito, entre otros), que albergaba a los hogares con mayores necesidades en el 2010, fue sustituida por la Pacífico Central.
Al aplicar el "Índice de Pobreza Multidimensional" (educación, vivienda, salud, protección social y trabajo) la ENAHO determinó que en el último año ese indicador pasó de 20,5% a 18,8%; lo que implica un total de 286.852 hogares que superaron la línea del IPM.
Otras estrategias que no formaron parte de esta medición por ser más recientes, dan cuenta de la disminución de la exclusión escolar tras el período de vacaciones de medio año. El porcentaje más bajo de los últimos 10 años de acuerdo con el MEP.
Los avances de estas políticas públicas enfrentan un reto mayúsculo en su sostenibilidad, no sólo por la limitación económica del país, sino por las catástrofes que generan cientos de millones de dólares en pérdidas difícilmente subsanables. Nate; uno de los desastres naturales más severos de los últimos tiempos es prueba de ello, pues aún quedan muchos conciudadanos por atender y prácticamente toda la reconstrucción por emprender.
De los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares, las estrategias gubernamentales y la imperiosa necesidad de garantizar la sostenibilidad de lo alcanzado para avanzar en la lucha por erradicar la pobreza extrema, conversamos con la Vicepresidenta de la República y coordinadora política de la atención de la Tormenta Nate, Ana Helena Chacón Echeverría.
