Por Jaime Ordoñez
Hace ya varios años-- más de una década-- me visitó a mi oficina un exdirector de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), alguien que había dejado el cargo. Su objetivo era consultarme sobre un caso en la Sala IV, algo personal, ajeno a esa institución.---- Trabamos cierta amistad, y en la segunda reunión le hice la gran pregunta: "¿Y la DIS hace investigación política, espía ciudadanos, interviene sus teléfonos? "
El exdirector me sonrió, casi apenado, afirmó con la cabeza y muy quedamente me dijo:. "Pues sí, hay que hacer investigación, Ud. sabe como son las cosas..." Pero eso es inconstitucional, le dije. El artículo 24 de la Constitución defiende la intimidad de las personas, prohíbe que la comunicaciones privadas sean escuchadas, salvo orden judicial"--. " Sí...es verdad", me dijo, un poco apenado de nuevo. "Pero Ud. sabe como son las cosas, y como son los políticos.... Yo era nada más un operador". Aprecié su franqueza. Un buen hombre. No he vuelto a saber de él.
Poco tiempo después, en una actividad en República Dominicana, me encontré a otro ex director de la DIS, alguien mucho más locuaz y despachado. Al final, en medio de la fiesta de clausura, el licor le soltó un poco la lengua... Al hacerle la misma pregunta me dijo, en forma casi entusiasta: "Desde luego, se hacen varias cosas, pero mucho de eso. Sirve para hacer espionaje político, y además existen alianzas de información entre partidos y entre algunos políticos que se cuidan la espalda....Por cierto, hay una lista grande de gente que siempre se controla, en todos los gobiernos. Políticos, sindicalistas, empresarios, periodistas...."
En ese momento, ajustó otro whisky con hielo y me espetó (algo que, por cierto, yo ya sabía): " Y a vos, Jaime, también te controlamos de vez en cuando..." . Y mi respuesta fue a propósito calculadamente "naif". Le dije sonriendo "Pero yo soy un abogado y un profesor universitario. Soy un simple ciudadano que da sus opiniones en los medios de comunicación, y punto. No soy ningún peligro político para nadie..." La respuesta no se hizo esperar. "Ahh, pero a muchos de Uds, los periodistas y opinadores también los controlamos, pueden ser muy jodidos en muchas ocasiones..." Practicamente adiviné su respuesta. A estas alturas de la vida, casi nada me asusta. En fin, el tipo en cuestión era simpático y tenía un desparpajo entre burdo y divertido. Un político con todo su pelaje. Terminamos con otro par de whiskies, los cuales brindamos por todo lo alto en la noche de Santo Domingo, y le hice un par de preguntas adicionales sobre los intrincados pasadizos (e inodoros) del poder.
Por esos años, también, dos personas cercanas al ICE me confirmaron que existía una oficina específica --en acuerdo con la DIS-- donde se pinchaban los teléfonos y daba el apoyo técnico para esa labor de espionaje. Incluso se me dijo donde estaba situada, con toda exactitud. Protejo, desde luego, el nombre de mis informantes....
Todo lo anterior es asqueroso y lamentable. Lo he recordado hoy pues leí en las últimas horas el Proyecto de Ley que "supuestamente" busca reformar la DIS. Lo voy a decir en dos palabras: sigue siendo vulgar y una afrenta contra la intimidad de las personas, sus derechos civiles, y viola el artículo 24 de la Constitución. No debería aprobarse! Es una barbaridad! Ya es hora que nuestros organismos persigan a los delincuentes de verdad, en lugar de espiar a la ciudadanía.!
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